La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a las neuronas del cerebro y la médula espinal, deteriorando progresivamente el control muscular. La clave para ralentizar el avance de esta enfermedad radica en un diagnóstico preciso y un tratamiento multidisciplinar que incluya fisioterapia, neuropsicología y logopedia.
Hoy, 21 de junio, se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la ELA.
Fisioterapia: Manteniendo la funcionalidad
En las fases iniciales de la ELA, la fisioterapia se centra en ejercicios aeróbicos suaves para fortalecer la musculatura no afectada, mejorar la salud cardiovascular y combatir la fatiga y la depresión. Conforme la enfermedad progresa, se incorporan ejercicios para mejorar la amplitud de movimiento y prevenir la espasticidad. Además, es crucial el entrenamiento en marcha para mantener la autonomía del paciente.
La fase intermedia de la enfermedad requiere una adaptación del tratamiento para abordar la debilidad progresiva, las alteraciones en la marcha y los problemas respiratorios. La fisioterapia respiratoria preventiva ayuda a mantener la flexibilidad torácica, manejar las secreciones y evitar infecciones respiratorias, reduciendo así el tiempo de hospitalización.
En la fase avanzada, cuando el paciente está inmovilizado y requiere asistencia ventilatoria, el enfoque cambia a enseñar a los cuidadores cómo realizar transferencias seguras y mantener una correcta postura para prevenir lesiones cutáneas y complicaciones respiratorias.
Neuropsicología: Soporte ante los cambios cognitivos
La ELA puede ir acompañada por una serie de cambios cognitivos, desde un déficit cognitivo muy discreto (el 48% de casos presentan moderada afectación cognitiva) hasta llegar, en un 3,5% de casos, a una demencia focal de tipo frontal. Evaluar y tratar los cambios cognitivos y conductuales es esencial para mantener la calidad de vida del paciente.
Entre los síntomas más frecuentes podemos encontrar dificultades de planificación y organización conductual, problemas atencionales o pérdida de la fluidez verbal. Por ello, proporcionar información) tanto al paciente como a su familia), evaluar y tratar estos cambios es una parte integral del tratamiento.
Logopedia: Comunicación y deglución
La logopedia es vital para manejar las dificultades de comunicación y deglución que aparecen con la progresión de la ELA. En la intervención comunicativa, se trabaja inicialmente en fortalecer la musculatura orofacial para mantener la capacidad del habla. Cuando esto ya no es posible, se introducen sistemas alternativos de comunicación (SAC), como dispositivos electrónicos que permiten la comunicación a través del rastreo ocular.
En cuanto a la deglución, el objetivo es asegurar que ésta sea segura y eficaz, algo que se logra adaptando la consistencia y el volumen de los alimentos, enseñando maniobras deglutorias para el control del bolo alimenticio, desde la boca hasta el estómago, y realizando ejercicios para mantener el tono y la coordinación de la musculatura implicada.
El objetivo, ante todo, es prolongar la calidad de vida del paciente.
