Un tumor cerebral es un crecimiento descontrolado de células derivadas de componentes cerebrales (tumores primarios).
Los tumores pueden ser benignos o malignos, dependiendo de la rapidez de su crecimiento y de si logran resecarse o curarse mediante el tratamiento neuroquirúrgico. A diferencia de los tumores de otros tejidos, la distinción entre manifestaciones benignas y malignas no es tan clara, por ejemplo, algunas lesiones benignas pueden infiltrar regiones enteras con comportamiento clínico maligno. Las neoplasias malignas producen metástasis, lo cual constituye un hecho excepcional. Las metástasis hacia el SNC provienen, en orden de frecuencia, del pulmón, mama, piel (melanoma), riñón y gastrointestinal y tienden a crecer entre la unión de la corteza y la sustancia blanca.
Algunos de estos tumores tienden a crecer en lugares particulares de la cavidad craneal y, por tanto producen determinados síndromes o signos y síntomas dependiendo del sitio en el que se encuentren.
Síntomas de un tumor cerebral
Los signos y síntomas de un tumor cerebral son consecuencia de la alteración cerebral focal y la elevación de la presión intracraneal (PIC). Este aumento de presión puede ser producido directamente por la masa creciente del tumor o puede ser secundario a la hidrocefalia causada por la obstrucción del tumor de las vías del líquido cefalorraquídeo. Los tumores se desarrollan comprimiendo estructuras vecinas e incluso contralaterales y, según la localización, causan además edema e hinchazón. El que causen sintomatología depende del tamaño, tiempo de evolución y su propia localización. En general, la sintomatología es de aparición lentamente progresiva y poco importante, aunque algunas veces es abrupta debido a una complicación hemorrágica.
Las manifestaciones de compresión consisten en cefaleas, vómitos y edema papilar. La sintomatología focal depende de la infiltración y compresión local. Los tumores de crecimiento lento producen menos sintomatología.